Se ha atribuido al evangélio de Marcos el estar repleto de errores geográficos y con ello se ha acusado al evangélio de no ser auténtico, al insinuar por estos hechos, que el tal Marcos o Juan Marcos (Hechos 12:12) a quien se le atribuye el evangélio no era un judío oriundo que conociera la Palestina que recorrió Jesús. Se suele aludir a Marcos 7:31 donde se escribe: “Entonces, saliendo él de nuevo de las regiones de Tiro, se fue por Sidón al mar de Galilea y subió por en medio de las regiones de Decápolis” (Traducción del Nuevo Mundo). Se suele acusar que ir desde Tiro a través de Sidón al mar de Galilea es un sin sentido y que el autor del evangelio piensa que Sidón se encuentra al sur y no al norte de Tiro. Aunque parece un razonamiento lógico tampoco es concluyente. Me esforzaré en demostrar; y además, lo haré con el mismo evangelio en cuestión, que la geografía de Marcos es totalmente acertada.
En
el mismo evangelio de Marcos encontramos una clave que nos permite explicar las
aparentes discrepancias que la alta crítica quiere hacer pasar por crasos
errores. Marcos nos informa en cuanto a la manera que tenía Jesús de predicar
el evangelio o las buenas nuevas. Leemos en Marcos 6:6: “Y recorría las
aldeas en circuito, enseñando.” Muchas traducciones bíblicas suelen leer: “Y recorría las aldeas de
alrededor enseñando.” Aunque “las aldeas alrededor” puede hacernos pensar en
una comarca de unos pocos pueblos, otras traducciones inciden con más acierto
en el significado de la palabra griega κύκλῳ (kukló). Aunque generalmente, este sustantivo griego se define como
“alrededor o alrededores”, algunas traducciones admiten una forma adverbial,
como la Reina Valera de 1909 que lee: “Y rodeaba las aldeas de alrededor, enseñando.” Como
vemos aquí, la palabra “alrededor” es el sustantivo que identifica la región o
alrededores desde el que se movía Jesús desde su punto de origen, pero la
palabra “rodeaba” es el verbo que indica como lo hacía Jesús; rodeando esa
región, o sea, recorriéndola para llegar a todos sus destinatarios. Éste es el
sentido correcto de la palabra κύκλῳ (kukló) y por eso, la Concordancia de Strong la define brevemente
como: “un circulo, un anillo”.
Es evidente, por el sentido
de urgencia que Jesús tenía por dar a conocer el Reino de Dios, que él
aprovechaba bien el tiempo cuando salía en campaña de predicación. Si él quería
llegar a algún lugar lejano, ¿qué mejor, para aprovechar el tiempo, que hacerlo
en un gran circuito que abarcara muchos lugares, además del que puntualmente
quisiera visitar?
Vayamos al capítulo 7 de Marcos y situémonos en su
contexto general donde analizaremos algunas ideas de interés. La primera
referencia en ese capítulo a la región que estamos considerando es Marcos 7:24
donde dice: “Después salió de allí y se fue a la región de
Tiro y Sidón.” El relato de Marcos se desenvuelve en grandes rasgos generales
pues en el escenario anterior al adverbio “después”, Jesús se encuentra en
Jerusalén en una diatriba con los escribas y fariseos. Pero de Marcos 7:24 ya
nos llama la atención el orden de las ciudades “Tiro y Sidón”. Este orden de
las ciudades fenicias aparece, dos veces en la Biblia hebrea y cinco veces en
los evangelios sinópticos y Hechos; dos veces en Marcos; pero nunca en sentido
inverso: “Sidón y Tiro”. ¿Por qué es tan importante el orden en que se
mencionan estas ciudades? Porque indica claramente que Marcos no confunde que
Sidón esté al Sur de Tiro y viceversa. Generalmente, dos ciudades se mencionan
en orden correcto partiendo de un punto de referencia, que en esta ocasión
sería Jerusalén según Marcos 7:24 o como mucho, el centro de operaciones de
Jesús en su domicilio de Capernaum que sería donde regresara, por lógica, una
vez volviera de Jerusalén. Pongamos un ejemplo: Yo vivo en el este de España en
la provincia de Alicante. Si realizo un viaje al centro de España donde
visitaría Ávila, Segovia y Madrid. ¿En que orden correcto pondría mi biógrafo,
mi periplo por aquellas tierras? ¿No pondría primero Madrid por ser la primera
ciudad a la que me acercaría? Pues, lo mismo tuvo que hacer Marcos; mencionar
primero a Tiro que sería la primera ciudad a la que Jesús llegaría, sea que
viniera directamente desde Jerusalén o que lo hiciera desde Capernaum.
¿Qué hay, entonces, de que Jesús se fuera desde Sidón al mar de Galilea? ¿No parecería más lógico que Jesús bajara de nuevo a Tiro donde había un camino que conectaba con Cesarea de Filipo y éste, a su vez, con Betsaida, junto al mar de Galilea? Este sería, el camino inverso y más directo que Jesús habría hecho antes para llegar a Tiro. ¿Por qué no volver a hacerlo para regresar? Parece razonable, pero no podemos olvidar que Jesús no pensaba en esa lógica, en ese momento; parece que él tenía otros planes. ¿Cómo sabemos eso? Lo sabemos porque Marcos 7:31 dice que que él iría desde Sidón al mar de Galilea, pero subiendo “por en medio de las regiones de Decápolis.”, lo cual lo haría aun más sorprendente e ilógico desde el punto de vista del camino más corto. Por lo tanto, está muy claro que Jesús no estaba pensando en la vía más corta sino, más bien, estaba pensando desde el punto de vista misional; o sea, hacer un gran circuito de predicación, que incluyera las ciudades helénicas de la Decápolis. Puesto que Marcos 7:31 dice que subiría “ por en medio de las regiones de Decápolis”, eso nos puede dar una idea del circuito que siguió Jesús. Decápolis (diez ciudades, en griego) son la liga o confeferación de ciudades helénicas que Alejandro Magmo fundó en su campaña victoriosa en 332 a. E.C. en Siria y Palestina. El término aparece primero en las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo Testamento y también lo mencionan el historiador judío Josefo y el romano, Plinio el Viejo. Plinio menciona las diez ciudades originales en su Historia Natural: Damasco, Filadelfia, Rafana, Escitópolis, Gadara, Hipos (Hipo), Dión, Pela (Pella), Gerasa y Canata (todas ellas marcadas con un punto rojo en el mapa).
Podemos
entonces, hacernos una idea de la ruta que siguió Jesús desde Sidón para
regresar al mar de Galilea en un extenso periplo misional. Parece que había un
camino hacia el oriente que unía Sidón con Damasco, la ciudad mas septentrional
de la Decápolis, a la que pudo dirigirse Jesús. Una vez allí, Jesús púdo
dirigirse hacia el sur por el Camino del Rey donde podría llegar a las ciudades
decapolitas de Dion, Gerasa y Filadelfia, aunque seguramente, Jesús no llegaría
tan al sur como Filadelfia ya que Dion se encontraba perpendicular al mar de
Galilea, con lo que Jesús pudo desviarse desde allí en dirección occidental
para visitar las ciudades más concentradas de la Decápolis como Hipo, Gadara,
Escitópolis y Pela y también pudo hacerlo desviándose a las mismas ciudades,
pero en sentido contrario; un poco más al sur, desde Gerasa.
Por lo tanto, todo parece indicar
que la Alta Crítica, a veces es demasiado simplista en sus afirmaciones;
bastante categóricas, o sea, bastante dogmáticas, pero no históricas. Por
supuesto, esto no lo hace sin intención. Teniendo en cuenta que la mayoría de
este gremio está formado por personas ateas y/o agnósticas, que no creen en la
inspiración de la Biblia (2 Tim. 3:16) pues están determinados a no dar un
mayor crédito a la Biblia que a otra obra importante escrita por hombres
especializados. O sea, quieren someter a la Biblia a todas las contingencias
atribuidas a obras humanas, como las erratas, inexactitudes, los prejuicios de
los autores, la atribución a los personajes históricos de teorías
conspiratorias no probadas por la intencionalidad propia de la obra y su autor,
etc. ¿Quién, si no, personas sin fe, propondrían errores geográficos, sin hacer
una profunda y cabal investigación como ha sido el caso mismo que nos ha ocupado
hoy? Juzgue usted mismo.
Bibliografía:
https://buhodeminerva.blog/2018/03/24/quien-escribio-el-evangelio-segun-san-marcos4/
https://bibliaparalela.com/greek/2945.htm
https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1200002617?q=camino+del+Rey&p=doc
https://www.biblia.work/diccionarios/decapolis/