domingo, 31 de diciembre de 2017

Desarrollo de la Cosmología, parte VIII, Isaac Newton II, el Dios de Newtón


El Dios de Newton

Cuando en 1936, más de 200 años después de la muerte de Newton se subastaron los documentos de su biblioteca, que hasta ese momento no se habían editado y por lo tanto eran desconocidos; se vio claramente que el mayor volumen de sus escritos se correspondían a estudios de teología y de alquimia; mucho más que los que correspondían a física. De esta manera, se pudo comprender que durante el fructífero tiempo mientras estuvo en Cambridge, especialmente desde 1668, Newton estuvo muy ocupado con la investigación teológica. La realidad es que estos escritos, muchos de los cuales, aun están sin editar actualmente, dejan claro la preocupación vital de Newton por entender la mente de Dios en la Creación. Newton tuvo claro que Dios es un geómetra y matemático sin parangón y por eso, además de sus estudios matemáticos de física, trató de ver en la Biblia elementos afines a su concepción divina. Por ejemplo, tras un profundo estudio del libro del profeta Ezequiel, Newton reconstruyó el plano del templo del rey Salomón y trató de ver en sus medidas y diseño aspectos alegóricos del Cosmos creado por Dios. Es comprensible que para un físico matemático como Newton la numerología le atrajera enormemente y que las medidas y cifras contenidas en las Escrituras tuvieran un significado especial más allá de la simple arquitectura.
De todos modos, en la actualidad existe una controversia sobre si Newton era un simple deísta no religioso; o sea, un creyente en Dios a través de la razón o más bien un teísta; un creyente en el Dios que utiliza la revelación para interactuar con los creyentes a través de la fé. En 1980, el historiador de la ciencia, Richard S. Westfall, doctor de la Universidad de Yale, publicó su famosa biografía sobre Isaac Newton. Este autor, considera que, esencialmente, Newton era un deísta, mientras que otros, como James Force, doctor en filosofía de la Universidad de Washington; Rob Iliffe, profesor de historia de la ciencia de la Universidad de Oxford y Stephen Snobelen, profesor de historia de la ciencia y la tecnología de la Universidad de Kings College; todos especialistas en Newton, consideran que él no era un deísta. Todos ellos consideran que el tiempo que Newton dedicó al estudio de la Biblia, que fue mucho, demuestra que no era un deísta.
Los seguidores de la primera postura tratan de ver en Newton un creyente en el Dios de la naturaleza pero no el Dios que se revela a través de las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, tratan de ver la creencia de Newton en la Biblia como el de un registro histórico, primero del pueblo judío y después, en el caso del Nuevo Testamento, como el registro del ministerio de Jesús por traer de nuevo a los hombres a la religión verdadera. Por ejemplo, John Henry, historiador de la ciencia de la Universidad de Edimburgo, en su obra “Isaac Newton: ciencia y religión en la unidad de su pensamiento”, cita de Newton las palabras “existe un Dios… y un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo el hombre”, que él escribió al final de su vida en sus “Doce artículos” para probar que para Newton, Jesús era un mero hombre. Sin embargo, esto es un craso error; Newton estaba citando directamente de la 1ª carta a Timoteo 2:5 y, aunque es cierto que el apóstol Pablo escribió estas palabras y efectivamente dijo que Jesucristo era “un hombre” no por ello quiso decir un simple hombre más. Solo hay que leer un poco más adelante en 3:16, “fue puesto de manifiesto en carne, … fue recibido arriba en gloria”; y un poco después en 6:14, “hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”; para entender que Pablo creía que el hombre Jesús era el Mesías o Cristo, que existía antes manifestarse en carne, que fue resucitado y glorificado “arriba” en el cielo y que volvería para manifestarse de nuevo. Y eso sin recurrir a ninguna de las otras cartas del apóstol Pablo, donde deja claro inequívocamente que para él, Jesús era el hijo enviado por Dios.
Los de la segunda postura, sin embargo, pueden aducir muchos testimonios del propio Newton que demuestran, sin lugar a dudas que él era un teísta; un creyente ferviente en el Dios Revelador de las Escrituras. Para él, las profecías de la Biblia, especialmente Daniel y Apocalipsis, indicaban que Dios intervenía en la historia de la humanidad y de las potencias políticas. Además, en sus últimos años él [en su intimidad] escribió en reiteradas ocasiones expresiones de creyente claras como esta:
“Debemos creer que hay un Dios o Monarca supremo al cual hemos de temer y obedecer, y cuyas leyes hemos de cumplir, aparte de honrarle y glorificarle. Debemos creer que El es el padre de todas las cosas y que ama a su pueblo como si fueran sus propios hijos, y que éstos han de amarle recíprocamente, aparte de obedecerle como obedece un hijo a su padre.”
Por todo ello, podríamos sintetizar que, básicamente, Newton era un deísta para los científicos, y un teísta para la gente común. Un deísta para los científicos porque, aunque no fueran religiosos, sí tenían que reconocer la existencia de un Creador sapientísimo que gobernaba el mundo y todos los fenómenos naturales; y un teísta para la gente común porque, aunque no entendieran ni papa de matemáticas avanzadas ni de ciencias, sí tenían una necesidad imperiosa de creer y alabar a un Dios de propósito para la humanidad que diera sentido a sus propias vidas. Seguramente Newton leyó muchas veces la carta a los Romanos 1:20, donde el apóstol Pablo escribió: “Porque las [cualidades] invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables.” Sin duda, para Newton, conocer a Dios a través de su Creación era una tarea de primer orden en la que él se esforzó mucho por presentarlo a sus propios colegas científicos.
Pero lo haría a la posteridad. Parece que Newton compartió con algunos íntimos sus puntos de vista sobre Dios pero con mucho tacto y reserva. De hecho, sabemos de la dilación de Newton por publicar sus trabajos científicos por su marcada afectación a la crítica, aunque había total libertad en Cambridge para dilucidar cuestiones de esa índole. Pero otra cosa muy distinta eran las cuestiones religiosas que se apartaran de la ortodoxia. La amenaza de caer en desgracia, llegando incluso al ostracismo social y al olvido hubieran sido desastrosas para Newton. Aunque no sabemos con seguridad qué hubiera pasado con él si se hubiera llegado a saber su postura heterodoxa, podemos intuir que cabría la probabilidad de que muchos de sus descubrimientos científicos se habrían perdido para siempre.
Newton conoció de primera mano lo que le ocurrió a William Whiston, quien en 1693 llegó a Cambridge para estudiar matemáticas con Newton. Llegó a ser su profesor adjunto y tan brillante matemático que sucedió a Newton en la cátedra lucasiana. También llegaron a ser buenos amigos y recibió la influencia de Newton en cuestiones religiosas, quien lo alentó a interesarse en la cronología y doctrinas bíblicas. Pero a diferencia del reservado y temeroso Newton, la franqueza de Whiston le llevó a airear sin reservas sus puntos de vista religiosos, al grado de escribir en 1708 a los arzobispos de Canterbury y York para que reformaran, nada menos, que el Dogma de la Trinidad. Alentado primero a la prudencia, su persistencia lo llevó inexorablemente a su declive. La Universidad de Cambridge le negó la publicación de su folleto, la pérdida de su cátedra y finalmente, la expulsión de la institución. En 1710 fue acusado de enseñar doctrinas contrarias a la Iglesia de Inglaterra y se le sometió a un proceso judicial de cinco años que culminó con su extigmatización como hereje y expuesto a la mofa y el desprecio de muchos.
Si Newton hubiera actuado de igual forma que su colega Whiston, presumiblemente hubiera corrido su misma suerte, pasando de la gloria a la deshonra pública de manera dramática. Pero como dice la Biblia en Eclesiastés 1:15, “Lo que se hace torcido no se puede enderezar, y no hay manera de contar lo que falta.” Efectivamente, no hay manera de contar lo que hubiera ocurrido si Newton hubiera actuado de manera distinta a como lo hizo. No es el cometido de la Historia elucubrar con tales interrogantes, sino más bien atenerse a los hechos; y muchas veces los hechos y la verdad son concordantes; y la verdad fue que Isaac Newton lejos de actuar como su amigo Whiston; más bien no le tendió su mano amiga y se apartó de él para que no le salpicara su mismo destino. ¿Cobardía o prudencia? ¿Amor a la gloria personal o temor visceral a la vergüenza pública?

jueves, 29 de junio de 2017

Desarrollo de la Cosmología; parte VII, Isaac Newton I


Isaac Newton ha sido considerado el científico más grande de todos los tiempos y quien culminó la revolución científica, a pesar de que pudo no haberlo sido ya que nació prematuramente y tan pequeño que su vida estuvo en peligro durante la larga semana de Navidad de 1642. De progenitores de credo puritano, el pequeño Isaac creció sin su padre, quien había muerto un par de meses antes de nacer él y, a partir de los tres años, también sin su madre, que volvió a casarse y su padrastro no quiso hacerse cargo de él; de modo que ella lo dejó con los abuelos hasta que murió el padrastro siete años después. Y en esos siete años ni siquiera tampoco obtuvo el afecto de sus abuelos.
Estos diez años traumáticos para él quedan bien resumidos en una lista de sus pecados que escribió nueve años después, en la que incluyó “amenazar a mi padrastro y a mi madre con quemarlos a ellos y su casa”. Las cosas no mejoraron con la llegada de su madre al hogar familiar con sus dos hijos; los hermanastros de Isaac. Cuando tenía doce años fue enviado a estudiar al colegio The King's School de Grantham en Inglaterra. Allí estudió latín, un poco de griego y lo suficiente de geometría y aritmética básicas; lo propio de los estudios primarios en aquella época.
En aquel tiempo, en los estudios el latín era más importante que la aritmética básica; de hecho ésta se escribía en latín. Y otra materia importante era el estudio de la Biblia en las lenguas clásicas de griego y latín bajo la óptica del protestantismo inglés. Esto, aunado a la biblioteca que heredó de su padrastro pudo ser lo que encaminaría posteriormente a Isaac Newton por los senderos de la teología.
La evidencia indica que Isaac no congeniaba bien con los niños de su edad sobre todo por su superior agilidad mental que ponía en desventaja respecto a él a sus compañeros; no sin razón se convirtió en el primer alumno de la escuela. Además, el aislamiento de los lazos afectivos de su madre durante su infancia hizo de él un niño introvertido y distante, además de un travieso ingenioso. También, parece que prefería la compañía femenina; de hecho tuvo una amiga más joven que él a la que le construía casas de muñecas con gran habilidad. Posiblemente es la única relación romántica que se le ha reconocido a Newton.
Efectivamente, podríamos decir que la única verdadera relación matrimonial de Newton fue con el saber; no digo ya con la ciencia, pues una de las cosas sorprendentes que descubriremos es que Newton fue más teólogo que científico.

En 1661, cuando Newton cumplió los dieciocho años ingresó en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Fue un alumno más interesado en asistir a la biblioteca que a las clases universitarias y de esta manera; como autodidacta, consiguió graduarse, llegando a leer entre 1663 y 1664 algunos de los libros de matemática y filosofía natural más importantes de la época, tales como la Geometría de Descartes, la Astronomiae Pars Optica de Kepler y los trabajos de Galileo, entre otros; que le servirían en sus propias investigaciones sobre matemáticas.
Para ese tiempo su tutor lo envió a Isaac Barrow, el primer profesor de la cátedra Lucasiana de matemática de Cambridge, quien enseguida se dio cuenta que tenía ante sí a un ser especial, alguien que comprendía la geometría de Descartes sin siquiera haber leído primero la de Euclides. Barrow se complació en Newton y éste fue un alumno tan aplicado que en poco tiempo Barrow reconocería el genio de Newton y sería él quien le consultaría a Newton sobre problemas matemáticos. Newton sucedería a Barrow en la cátedra lucasiana en 1669.
Pero entretanto, las puertas de Cambridge hubieron de ser cerradas en el otoño de 1665 debido al azote de la peste bubónica por toda Europa. Newton regreso a su granja de Woolsthorpe durante los dos siguientes años en el que, por supuesto, no perdió el tiempo, dedicándose a investigar en filosofía, matemáticas y ciencia. Fue en Woolsthorpe donde Newton hizo los descubrimientos sobre la ley de la gravedad, las bases del cálculo infinitesimal y el teorema del binomio.


Un antitrinitario en el Trinity College (Colegio de la Trinidad)

Finalmente, en 1667, las puertas de Cambridge se reabrieron y Newton regresó a ella. Para continuar en la universidad tuvo que conseguir una beca como Fellow (miembro) de Cambridge, lo cual consiguió el 1 de octubre de aquel año. Pero esta beca llevaba aparejada otra obligación que comprometería la integridad de Newton. Todo Fellow de Cambridge estaba obligado a ordenarse como sacerdote, haciendo un juramento previo de adhesión a la Iglesia Anglicana. El juramento según los estatutos de Trinity College recitaba “que adoptaré la verdadera religión de Cristo con toda mi alma… también que tomaré la teología como tema de mis estudios y tomaré las órdenes sagradas cuando llegue el momento estipulado por estos estatutos, o resignaré del colegio.”
En el caso de Newton el acto de ordenación tendría que realizarse en 1675. Hasta en tres ocasiones anteriores a ese año, siendo el último 1669, Newton había declarado su ortodoxia en Cambridge para poder continuar sus obligaciones universitarias, pero ante la proximidad de su ordenación, hay documentación que indica que Newton estaba decidido a renunciar a su puesto en Cambridge afrontando todas sus consecuencias. Todo parece indicar que entre 1670 y 1675 Newton se convirtió en heterodoxo respecto al credo de fe de la Iglesia Anglicana y que este cambio ocurrió porque él realmente quería asegurarse de saber cual era “la verdadera religión de Cristo”. Tomo esto como “un deber de la mayor importancia.”


Para Newton, quien en aquel momento creía en el Dios Creador como un ser de total dominio, no podía concebirlo como el Dios trino de su Iglesia Anglicana y de la mayor parte de la Cristiandad. Para él, el único Dios Creador también ejercía dominio sobre el Hijo Cristo. Éste estaba subordinado a Dios, pues de hecho era un ser creado por él; de modo que tampoco era consustancial con Dios. La exégesis bíblica llevó a Newton a estas conclusiones, además de su erudición histórica. Para él, la verdadera naturaleza de Dios y de Cristo había sido predicada por Arrio, considerado hereje por el Concilio de Nicea en 325 E.C., mientras que el trinitarismo que Atanasio introdujo como doctrina cristiana la consideró como una forma de idolatría a la persona de Cristo. De este modo, aunque Newton no logro reconocer a ningún grupo de su época como la religión verdadera de Cristo, por lo menos, sí estuvo seguro que no podía consagrarse como sacerdote a la trinitaria Iglesia Anglicana. De todos modos, en el año crítico de 1675, una exención de la Corona llegó en el momento propicio para que solo a los que tuvieran el cargo de la cátedra lucasiana de matemáticas, que Newton ya poseía hacía seis años, se les eximiera de la obligación al requisito de la ordenación sacerdotal. Parece haber evidencia de que, gracias a su amigo Isaac Barrow quien tenía una gran influencia sobre el rey, fue posible esta dispensa especial en el Trinity College.
De esta manera, la fama de Newton comenzó a destacar ya que también la geometría y la óptica eran parte sustancial en su vida. Inició entonces correspondencia con la Royal Society, la sociedad científica más antigua del Reino Unido, enviándoles sus descubrimientos y un telescopio de su invención que suscitó el interés de los miembros de dicha sociedad, aunque también las críticas de otros, entre ellos Robert Hooke, quien llegaría a ser un rival de Newton toda su vida. Curiosamente, fue éste, quien mediante una carta a Newton donde exponía sus intuiciones sobre la gravedad, le dio a Newton la idea para desarrollar su famosa Ley de la gravitación Universal. Por esta circunstancia, la paternidad sobre la ley de la gravitación universal fue motivo de disputa entre Newton y Hooke durante la vida de ambos.

En abril de 1686, la Real sociedad de Londres recibió el manuscrito de su obra   Philosophiae naturalis principia mathematica, para su publicación. Considerado por muchos científicos como la obra más importante de la historia de la ciencia, la obra de Newton era de tal categoría científica que tomó casi un siglo para que las más clarividentes mentes científicas de ese tiempo pudieran acercarse a la comprensión, comprobación y desarrollo de sus enunciados matemáticos.*

Hedmund Halley el astónomo, matemático y físico contemporáneo y amigo de Newton se expresó respecto a la obra de Newton: “no solo ha expuesto los principios de la filosofía natural, sino que ha llegado tan lejos en la tarea de mostrar las consecuencias que de ellos se siguen […] que apenas les queda nada por hacer a los que vengan después de él”.

En 1693, Newton sufrió una crisis psíquica con depresión y paranoia que lo llevó a aislarse más de las personas. Aunque algunos historiadores atribuyeron esta a crisis a una ruptura con uno de sus discípulos, estudios realizados en 1979 mediante el análisis de su cabello demostraron concentraciones hasta quince veces más altas de lo normal de mercurio, un potente neurotóxico. Por aquellos años Newton trabajaba en otra de sus pasiones, la alquimia y no es raro que en sus experimentos se intoxicara con pequeñas dosis de mercurio que afectaran su psiquismo y conducta.

Cuando terminó de escribir su Principia, Newton abandono Cambridge después de treinta años y se fue a Londres donde ocupó prestigiosos puestos públicos tales como Preboste del Rey, magistrado de Charterhouse y director de la Casa de la Moneda inglesa.  

En la próxima entrega analizaremos una cuestión que ha suscitado el gran interés de Newton por los estudios bíblicos; que es saber, si él verdaderamente fue un fervoroso creyente en Dios o simplemente un deista como muchos otros científicos lo han sido; o sea un creyente racional en una entidad superior que gobierna el universo.

sábado, 13 de mayo de 2017

Aspectos socio-económicos de la lactancia artificial

En esta 4ª y última entrega sobre "La lactancia natural frente a la lactancia artificial" analizaremos la economía que ofrece la lactancia natural. La lactancia artificial se ha convertido en un gran negocio para grandes empresas que tratan de minimizar la carga que para muchas familias supone las leches preparadas para bebés.







viernes, 12 de mayo de 2017

Sociología de la lactancia artificial

En esta tercera entrega sobre la lactancia, abordaremos la sociología en torno a la lactancia artificial. Veremos qué fenómenos culturales modernos han dificultado la lactancia artificial en detrimento de la natural y las consecuencias que ello ha tenido.





miércoles, 10 de mayo de 2017

Antropología de la lactancia natural

2º capítulo de la serie "La lactancia natural frente a la lactancia artificial". En esta segunda entrega nos centramos en el aspecto antropológico y en lo vital que fue para la supervivencia de la humanidad la lactancia natural, especialmente en las sociedades primitivas. Además, veremos los beneficios que cosechó esta actitud proactiva en los grupos humanos, especialmente con algunas enfermedades importantes de nuestra actual civilización moderna.

Una madre hindú, una madre babilónica y la diosa madre Isis de Egipto amamantando a sus hijos.






sábado, 21 de enero de 2017

Nominación al premio Liebster 

Un buen amigo de Facebook me ha nominado al premio Liebster Award y al mismo tiempo me ha dado el conocimiento de su existencia; del premio, quiero decir; del amigo Francisco Javier Campos ya sabía desde principios del año 2016 que comenzó a leer mi blog “El Historiador sin papeles” y que, con su perseverante generosidad suele obsequiarme un “me gusta” cada vez que se cruza con una de las entradas de mi blog, aunque sea repetida y ya la haya leído. Gracias Francisco.

Bueno; Francisco me ha dado la libertad de escoger las once preguntas que debo contestar. Pues a medio camino entre esa libertad y las directrices de las reglas del blog Liebster Award escogeré las preguntas de esta presentación.

1ª. ¿Por qué decidiste hacer un blog?
Básicamente porque necesito expresarme en el mundo de las ideas. Las ideas fluyen constantemente a través de la historia. Es necesario entender esas ideas porque muchas de ellas conforman nuestro actual mundo y también nos permiten entender el pasado; que es la historia, al fin y al cabo. Para quienes han leído la primera entrada de mi blog “El Historiador sin papeles”, en dicha entrada dirijo a los lectores a una presentación previa que hice en la aplicación Sway de Office, https://sway.com/aWnZsOOSLD94oH1C, donde explico la razón de ser de mi blog.

2ª. ¿Cuál es tu deseo inalcanzable?
La verdad es que no se si alguno de mis deseos son inalcanzables. En la tercera entrada de mi blog explico que el conocimiento de las cosas; de todas las cosas que alcanzan a percibir nuestros sentidos; la obra misma del Creador, es inalcanzable. Y eso me parece maravilloso. Poder aprender siempre y no saciar nunca nuestra gran curiosidad es fascinante; tanto como repetir nuevamente nuestra comida favorita cada cierto tiempo y extasiarnos en ella como si fuera la primera vez que la tomamos. Diferente es que haya cosas que nos parezcan inalcanzables, porque la realidad nos enseña que muchas personas han logrado cosas que jamás hubieran soñado realizar; simplemente porque el devenir de la vida lo ha cruzado en su camino. Hoy estamos aquí y mañana ya no somos. O todo lo contrario; hoy no somos nadie y mañana podemos estar en la cumbre de algo; irremediablemente. Pero, por decir algo, sí he soñado con una de mis pasiones; el cine. Dirigir una película; me encantaría dirigir una gran película épica; y por supuesto, escribir yo mismo el guión completo de ella.

3ª. ¿Cuál es la cualidad más significativa de tu estilo narrativo?
En esto estoy con mi patrocinador Francisco Javier. Quiero llegar a altas cotas en el cuidado de mi escritura desde el punto de vista sintáctico. Trato de cuidar mucho el fondo y la forma de mi redacción. Evito en lo posible las redundancias y acudo con frecuencia a los sinónimos para enriquecer mi relato. Creo firmemente en el poder de la palabra para transmitir, no solo las ideas sino también los sentimientos. Y quiero continuar mejorando. Si alguien ve algo en mis exposiciones que pueda mejorar a nivel literario no dude en compartídmelo.

4ª. ¿Por qué crees que el bloguero Francisco Javier Campos te ha nominado?
Bueno, con exactitud no lo sé, pero es posible que le guste la originalidad de mis relatos. No me limito a ser un mero cronista de sucesos; para eso ya está la Wikipedia. Me interesa especialmente entender por qué actuaron como lo hicieron los principales agentes de la historia; qué hubo detrás de sus acciones y sus consecuencias a corto, medio o largo plazo. Me gusta también dirigir a los lectores a nuevas ideas que no suele contemplar la academia oficial. Y también me gusta exponer las moralejas detrás de las historias que cuento, generalmente desde una perspectiva altamente respetable como es la Biblia.  

5ª. ¿A dónde quieres llegar con tu vocación literaria?
Está claro que uno de los sueños de los escritores es ser conocido y reconocido por mucha gente y que su literatura inspire, emocione y llene sus vidas de buenos momentos. Me gustaría poder publicar una buena novela histórica. Me gustaría poder vivir de la literatura y poder viajar para conocer sobre el terreno las gentes y sus tierras, donde inspirar mis historias.

6ª. ¿Cómo empezó tu vocación literaria?
Para 1995 empezó a rondarme la idea de escribir una novela histórica sobre el cristianismo primitivo. Puesto que el arco temporal que quería cubrir era un periodo del que hay muy poca documentación, enseguida me di cuenta de la ingente tarea que me esperaba. Así, de esta manera, en vez de continuar la novela, lo que hice fue comenzar a investigar y en esa tesitura estoy desde entonces. Entretanto, en 2009 comencé otra novela histórica que es la más adelantada que tengo pero que aún queda mucho por hacer. Y como quería terminar algo de lo que empezaba, a principios de 2016 comencé mi blog ”El Historiador sin papeles” donde, no sin dificultad, logro terminar mis historias con gran satisfacción para mí.

7ª. ¿Sobre qué temas te gusta escribir?
En general, he leído pocas novelas en mi vida y las que he leído generalmente han sido históricas. He leído muchos tratados de ciencia, especialmente biología, psicología, sociología y también filosofía y medicina, tanto oficial como alternativa, pues soy naturópata. Sin embargo, cuando estaba leyendo la Historia de la Medicina de don Pedro Laín Entralgo fue cuando me di cuenta de la gran importancia que tiene la historia para poder entender el estado actual del conocimiento humano. De ahí hasta ahora, lógicamente ha ido aumentando mi interés por escribir historia. Muy importante, sobre todo, ha sido mi estudio de la Biblia a lo largo de más de 46 años. Para mí, este compendio sagrado es un libro histórico sin ningún género de duda y anuncio desde aquí que escribiré mucho sobre este tema a través de mi blog “El historiador sin papeles”. Este estudio, por supuesto me ha llevado a estudiar mucha religión, como seguramente ya habrán notado los lectores de mi blog. Y también me gusta escribir algo de poesía, pero de esto hablaré en la siguiente pregunta.  

8ª. Viajar, cocinar o cantar. ¿Qué prefieres?
Me gustan las tres pero, sin duda, me quedo con el canto que al fin y al cabo es literatura musicada. Precisamente me gusta mucho la poesía y escribirla, gracias a la música, porque considero que ésta es el vehículo perfecto para inyectar en nuestro corazón el amor por la palabra. Por ejemplo, aunque a los puristas pudo molestarles que Serrat musicara los versos de Antonio Machado y Miguel Hernández y otros allá a finales de los sesenta y principios de los 70; si no hubiera sido por él a mí no me gustaría tanto la poesía como me gusta hoy. La música es al oído lo que el cine y el teatro es a la vista; ambos para transmitir las bondades de la literatura; y entre poesía leída y poesía cantada y musicada me quedo con la última, entre otras cosas, porque la música tiene un gran poder curativo sobre nuestras emociones. Me gusta estar equilibrado emocionalmente y por eso también canto en la intimidad de mi casa. En mi juventud hasta llegué a componer algunas canciones con mi guitarra. Lástima que no continué y perdí la habilidad para tocar. También me gusta mucho la cocina y cocino muy a menudo en casa para mi familia. Y viajar me encanta porque conocer nuevos lugares y gentes abre nuestra mente a la diversidad que es algo que me fascina.

9ª. ¿Qué opinas de la procastinación?
Es una palabra con la cual me he familiarizado en los últimos años. Pienso que, en el caso del escritor es su anti-musa. Está claro que la inspiración no viene siempre cuando menos te lo esperas sino que forma parte de una disciplina y un método que hay que seguir con constancia. Concuerdo con los que opinan que tanta red social puede ser demasiado dispersante de la atención y distraerte mucho de tu vocación. Si aparte, añades el tiempo de trabajo para tus necesidades y otras cosas importantes en tu vida, está claro que tienes que poner mucho empeño para ponerte a escribir algo interesante. Además, mi labor como historiador amateur implica mucha investigación añadida para aportar algo significativo a mis relatos.

10ª. ¿Qué más vas a ofrecer en tu blog?
Para este tiempo quería estar ya escribiendo sobre cristianismo primitivo pero cuando, después de las tres entradas de introducción a mi blog, anuncié que hablaría sobre el conocimiento progresivo en cosmología, no pensé que esto me llevaría tanto tiempo de investigación y redacción. Aparte, no me he mantenido en un guión fijo sino dinámico y por eso, aunque hablé de Giordano Bruno en la sexta entrada, me desvié en la séptima para dar una respuesta teológica a su pensamiento. Tampoco me imaginé que en la novena entrada estaría hablando del influjo que María Celeste pudo tener en la abjuración de su padre, Galileo Galilei. A medida que voy investigando y van abriéndose nuevos caminos, el propio dinamismo de mi blog quiere abarcar más cosas y tengo que poner freno si quiero llegar a un objetivo claro. Por eso, me gustaría concluir lo antes posible el tema cosmológico con las tres últimas entradas sobre Newton, Einstein y un resumen sobre el estado actual de la cosmología. Después quiero hacer una breve incursión por la historia de la medicina donde incluiré mi tesina de fin de curso como naturópata, donde abarco el tema de la lactancia natural en sus vertientes filosófica, antropológica, sociológica y socio-económica; para seguidamente adentrarme en la historia del Cristianismo Primitivo donde quiero tratar los temas controvertidos de los críticos como el Canon bíblico, la autenticidad e historicidad de sus escritos, las aparentes contradicciones entre ellos, etc.     

11ª. ¿Qué te parece el Liebster Award?
Me parece estupendo. La verdad es que no lo conocía hasta mi nominación, pero si ello sirve para que nuestros blogs sean más conocidos entre el público de las redes sociales y los propios blogueros me parece un éxito y un acierto total. Ver que hay tantísimas personas que les gusta escribir sobre tantos temas diversos me parece inspirador para aumentar el deseo por la buena escritura y lectura.

En fin, a todos los que he nominado les deseo lo mejor y que sigan siendo reconocidos cada día más entre los blogueros. Por mi parte, me parece más práctico que adecuen las preguntas que tienen que responder a una síntesis entre las que proporciona Liebster Award y sus personales necesidades de expresión, tal como he hecho yo. Lo importante es que los demás también conozcan a la persona tras su blog.

Pueden ver las normas de Liebster Award en el siguiente enlace: http://liebsterawards.blogspot.com.es/p/reglas.html.