Pero no hay que
desesperar, la búsqueda de la verdad histórica se puede lograr; si bien hay que
comprender un principio fundamental. Vamos a tratar de alejarnos del dogmatismo
para entender que no estamos hablando de la verdad absoluta. La verdad absoluta
solo la conoce Dios. Y Dios a través de su Palabra revelada nos dice que
tengamos en cuenta un aspecto fundamental de la verdad. En la Biblia en
Eclesiastés 3:11 nos dice: “Aun el tiempo indefinido ha puesto en el
corazón [del hombre], para que la humanidad nunca
descubra la obra que el Dios [verdadero] ha hecho desde el comienzo hasta
el fin.” Aquí tenemos pues la premisa: el trabajo o la obra del Creador es tan descomunal
que el hombre nunca la descubrirá por
completo aun cuando se le dé todo el tiempo indefinido o como diríamos “todo el
tiempo del mundo”. Esta es una verdad tan obvia que es incontrovertible.
Desde
que el hombre, especialmente, desde la antigua Grecia con Tales de Mileto, emprendiera
la búsqueda sistemática del conocimiento a través de la filosofía y la ciencia; ésta pronto
se diversificó en las grandes ramas del saber; matemáticas, geometría,
biología, astronomía, etc. En la actualidad todas esas grandes ramas se han
diversificado en innumerables especialidades y éstas a su vez, en innumerables
investigaciones concretas y monotemáticas que pueden sumergir a un solo
científico en décadas de arduo trabajo y dedicación. Todo esto demuestra que la
búsqueda de la verdad; sea esta la verdad histórica o científica, o cualquier
otra rama del saber, es un fin en sí mismo y que lo que comúnmente conocemos
como la verdad en realidad son hitos hacia ese fin.
EL METRO DEL CONOCIMIENTO |
De hecho, hasta en el campo espiritual
encontramos un paralelismo semejante. Aun cuando el conocimiento espiritual sea
considerado por los creyentes como un conocimiento revelado por Dios; éste es
dosificado por Dios en el tiempo según su voluntad. De ahí que el apóstol Pablo
dijera que “tenemos conocimiento parcial
y profetizamos parcialmente” (1 Corintios 13:9).
De modo que, en muchos campos del saber, hemos
alcanzado hitos en cuanto a la verdad y probablemente somos menos ignorantes ahora
que hace unos años, pero seremos razonables si no caemos en el dogmatismo de
pensar que ya poseemos la verdad completa sobre algún asunto. Es mucho más
sensato pensar, tal como el apóstol Pablo había dicho un poco antes de la cita
anterior, que “si alguien piensa que ha adquirido conocimiento de algo, todavía
no lo sabe exactamente como debe saberlo” (1 Corintios 8:2).
En nuestra próxima cita pondremos un ejemplo de cómo la verdad científica y por lo tanto también histórica es, tal como hemos considerado, un proceso progresivo en continua expansión. Hablaremos del desarrollo de la cosmología hasta nuestros días. Saludos a todos.
Muy interesante Jesus, sólo quisiera hacer una observación:a Tales de Mileto, si se le considera el iniciador de la filosofía pero la esta no se dividió en los campos científicos mencionados, sino en los tres grandes campos que mas tarde establece Heráclito: La Teoría del Conocimiento, La Metafísica y la Moral. Gracias y saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio por tu acertado comentario. Efectivamente, la filosofía como tal no se diversificó en los campos específicos de la ciencia que apunto yo sino en los campos propios de la filosofía que apuntas tú. El equívoco ha venido a ser debido a que como bien sabes, en aquel tiempo el filósofo, por lo general, era también un científico al mismo tiempo. De hecho, Tales de Mileto era, además de filósofo, físico, geómetra y matemático. La idea la fundí al basarme en una gráfica muy interesante que se llama EL METRO DEL CONOCIMIENTO y que voy a aprovechar para insertarla en la actualización de la página. Quiero que mi blog sea dinámico por lo que no me importa hacer las oportunas rectificaciones; ya sabés, El Historiados sin papeles esta al servicio de la verdad, como bien apunta la descripción bajo el título del blog.
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